Un repaso a la historia, vida y tradiciones de nuestros antepasados.

domingo, 22 de diciembre de 2019

Torrecilla defiende su patrimonio: un motín popular a cuenta de unas obras de arte


El martes, 4 de noviembre de 1890, se presentaba en Torrecilla un presunto monje del monasterio de Santa María de Valvanera con las intenciones de llevarse para su cenobio un retablo del antiguo convento de San Francisco y una talla de la Virgen que estaban en la parroquia de San Martín. Las horas tan intempestivas de madrugada y la premura en la actuación hicieron dudar al sacristán pese a indicar que eran órdenes superiores del Señor Obispo de Calahorra Don Antonio Mª Cascajares. Esta sospecha le hizo negarse a tal pretensión si no mediaba orden del cura párroco partiendo de inmediato para alertarle del suceso.

No amilanó el hecho al monje que sin perder tiempo, y con la ayuda de dos vecinos, cogió con lo que venía buscando refugiándose en casa de Tomás Tejada (debe ser Tomás Sáenz de Tejada Salazar, único que concuerda nombre y apellidos en el censo de 1890).

La cosa debió ir caldeándose con el transcurrir de la noche y la madrugada. Podemos visualizar a los torrecillanos alrededor de la mencionada casa para impedir que se llevasen su retablo y la talla de la Virgen. Avisado el Alcalde, este reunió al Concejo decidiendo telegrafiar de inmediato al obispado en Calahorra para ver la veracidad de las supuestas órdenes.

Ciertas o no las órdenes, y visto el revuelo montado en el pueblo, el Obispo indicó “se cumplieran los deseos del pueblo”, dando el vecindario los correspondientes vítores de alegría. Se organizó una procesión improvisada acompañada de música de panderetas con la imagen de la Virgen para devolverla a su retablo en la iglesia de San Martín.

Se hizo notar días más tarde a Torrecilla que le había llegado una información al Obispo que el pueblo quería desprenderse de esos bienes y en consecuencia obró. Cierto o no esta afirmación, o sea una mala excusa de aquel al que le han pillado en plena faena, sirva esta noticia aparecida en La Rioja el 7 de noviembre de 1890 como muestra de cómo Torrecilla defiende su patrimonio atesorado por el esfuerzo de sus habitantes durante generaciones.

Del supuesto monje nocturno nunca más se supo, debiendo salir con pies en polvorosa dirección Logroño en cuanto las circunstancias y los torrecillanos se lo permitieron.

La Rioja, viernes 7 de noviembre de 1890






No hay comentarios:

Publicar un comentario