Un repaso a la historia, vida y tradiciones de nuestros antepasados.

viernes, 13 de diciembre de 2019

El Aeroplano Rioja


España llevaba inmersa en la larga guerra de África desde 1859 con periodos de mayor o menor actividad belicosa. El 22 de julio de 1921 se produjo el más grave de los enfrentamientos hasta la fecha en el fatídico suceso que pasaría a la posteridad como el “desastre de Annual y Monte Arruit”. Aquel día, más de 10.000 jóvenes reclutas, mal equipados, mal alimentados, desmotivados y mal dirigidos murieron bajo la balas de las cabilas sublevadas por Abd el-krim.

Defensas de Monte Arruit y caídos en la batalla

En toda España superado el dolor inicial se produjo un resurgir de patriotismo y sed de venganza, sin duda impulsado por la prensa escrita afín a los partidos que a duras penas mantenían en pie el sistema político y social de la Restauración que por entonces daba abundantes síntomas de su inminente final. Se iniciaron múltiples suscripciones provinciales tratando de conseguir los fondos necesarios para comprar aviones con los que complementar los escasos aparatos que ya tenía el joven Ejército del Aire.

Cada uno de estos aeroplanos sería bautizado con el nombre de la provincia donante, siendo en su gran mayoría bombarderos biplanos tipo “Breguet XIV” excedentes franceses de la I Guerra Mundial que el Ejército de Guerra ya había adoptado para la campaña de África a semejanza del ejército colonial francés.

En el caso de la de Logroño, la iniciativa la tomaría la Asociación de la Prensa Riojana. Se comenzó una suscripción popular por toda la provincia al objeto de recaudar los fondos necesarios para sufragar uno de esos aeroplanos que se estaban adquiriendo.

El 25 de agosto, reunidos los corresponsales torrecillanos de los diarios que se publicaban en la provincia (La Rioja y Diario de La Rioja) acuerdan dar cuenta a las autoridades locales y vecinos de los detalles de la iniciativa encontrado según ellos: “campo abonado para el objeto de nuestra misión”. Entre los entusiastas de la iniciativa no faltaron los obreros de la joven fábrica de muebles curvados de los señores Sáenz de Tejada, Camps y Santaolalla. Quedaron de acuerdo en abonar “la cantidad que permitiera su situación y hubo barnizadora que indicó la conveniencia de dedicar a tal objeto el producto de un día de trabajo, y hasta barnizar la madera del aeroplano”, está ultima a buen seguro no sabía que se trataba de la compra y no la fabricación de un avión.

El 3 de septiembre acuerda el Ayuntamiento dar inicio a dicha suscripción popular con 75 pesetas. En vísperas de fiestas de septiembre se publica la primera lista de donantes. Son 62 personas, entre las que se mencionan varios niños, con aportaciones entre 0,50 y 10 pesetas. La fábrica de cestas “Bengoa y Cia” recauda 7,50; el Casino Torrecillano, 25 pesetas; faltando la recaudación de los operarios de la fábrica de muebles curvados. El Sindicato de obreros de Torrecilla recaudará 163 pesetas.

El día 19 publica el diario La Rioja un extenso artículo narrando la generosidad y el fervor patriótico que recorrió las calles torrecillanas aquel día declardo como Día de la Bandera:

"Nuestro digno alcalde, don Santiago Huerta, para dar cumplimiento a deseos manifestados por algunas personas, tuvo el buen acuerdo de citar a una reunión en la Casa Consistorial a todas las personas de ambos sexos del pueblo y de la colonia veraniega que por sus iniciativas o entusiasmos pudieran dar forma al objeto que se perseguía: recaudar fondos para el Aeroplano RIOJA y para los hijos del pueblo que se encuentran actualmente en Marruecos con el alto honor de defender a la Patria, acto que debía llevarse a cabo el mismo día.

Cómo pudo darse principio a los números que habían de proporcionar las ansiadas pesetas, no lo sé: baste saber que a las tres horas de haberse acordado su celebración, era llevado por las calles nuestro emblema nacional a los acordes de animado pasodoble con acompañamiento de las autoridades de todas clases: en mesas artísticamente adornadas se establecieron puestos de refrescos, dulces y bebidas: varias señoras cuyos nombres omito a requerimiento de las mismas, ofrecían a los transeúntes dulces, caramelos, que eran aceptados a cambio de monedas; un grupo de señoritas adornadas con simbólico emblema de la Cruz Roja y radiantes de hermosura, poseedoras todas ellas de la preciada e incomparable virtud de la caridad, la imploraban a todos, colocando, a la vez banderas en la solapa de la americana.

Por la noche hubo verbena que estuvo animadísima, luciendo las postulantes hermosos mantones de Manila, que aumentaban encantos a las que los llevaban, por la sencilla razón de que los tienen todos....

Torrecilla y su colonia veraniega han cumplido a maravilla, ya que recaudadas en la fiesta 612,39 pesetas, más 300 en días anteriores, y otras 300 en que se calcula la suscripción pendiente y el producto de la función de teatro que se celebrará en breve, son más de 1.200 pesetas, cantidad que coloca a este pueblo entre los primeros que sienten el patriotismo. Los músicos prestaron desinteresadamente su concurso."

De esa cantidad, 300 pesetas se mandarán directamente a los hijos del pueblo que estaban sirviendo en la dura Guerra de Marruecos. Los operarios de la fábrica de muebles habían recaudado 31,45 pesetas. 

El 25 de septiembre ha finalizado la suscripción en el pueblo. El total de lo recaudado en Torrecilla para el aeroplano “RIOJA” eran 608,34 pesetas. Vemos como la euforia inicial que auguraba más de 1.200 pesetas ha quedado en la mitad descontando el dinero mandado directamente a los torrecillanos en el frente.

El 8 de octubre se cierra la suscripción provincial dando cuenta de algo más de 56.000 pesetas recaudadas. Según describe La Rioja: “Nuestro aeroplano llevará a ambos lados del motor dos placas de aluminio con el escudo de la capital y la alegoría -Logroño y su provincia al Ejercito, 1921-, y en el timón el nombre oficial, “Rioja”.



Léanse las siguientes líneas para ver el espíritu de desagravio que reinaba en aquellos meses: “No pasarán muchos días antes de que el aeroplano “Rioja” hienda los aires, y al volar sobre tierras africanas sea motivo de satisfacción para los soldados riojanos y para cuantos desde aquí hemos puesto nuestro esfuerzo a la patriótica finalidad, de que unido el “Rioja” al avión de otras capitales, coadyuve a que la traición y el ultraje inferidos a España lleven su merecido castigo”.

Aunque la adquisición real había sido por parte de la Comisión Aeronáutica Militar Española, el acto formal de entrega por los suscriptores al Ejército se había planeado en diversos aeródromos españoles. El “RIOJA” junto con los de otras provincias, había de ser entregado en la base de Tablada (Sevilla). A mediados de enero de 1922 llegó a Sevilla una comisión riojana encabezada entre otros por Amós Salvador, diputado en Cortes. En el mismo acto se entregaron 14 aviones de otras tantas provincias aunque el “Rioja” recibió su bautismo “rompiendo sobre su hélice una botella de vino de Rioja, en vez de una de champagne, que es lo usual”.

En octubre de 1923 se procederá al reparto del sobrante de la suscripción no dedicado a la adquisición del aeroplano entre las familias de los riojanos muertos en la guerra africana. Entre los solicitantes el torrecillano Julián Aretio Gil cuyo hijo Cipriano Aretio Soba, soldado del Regimiento de Infantería San Fernando nº11 con sede en Melilla había sido dado por desaparecido en combate y al que se le reconocerá una pensión anual.

Estos versos recitaba Trini, hermana de Cirpiano en su recuerdo que bien valen por todos aquellos que dieron su vida en estas guerras absurdas:

"Qué bien parece Cipriano
en la puerta del cuartel
con el cigarro en la boca
esperando al Cornonel"


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