En el mapa por provincias que nos proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE), salta a la vista la lógica presencia de este apellido en el mencionado núcleo originario del apellido así como en Madrid o Barcelona dado el gran número de población que en ellas residen y su carácter de foco receptor de migraciones desde cualquier lugar de territorio español. Pero a estos tres focos lógicos, se suman otras tres zonas en España con presencia de personas apellidadas Astola: La Rioja, Albacete y el suroeste andaluz.
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Distribución del apellido Astola en España (Fuente: INE, 2019) |
El caso riojano, ya tratado en entradas anteriores, tiene su explicación en Torrecilla y en la persona de Vicente Astola Olazabal, cantero llegado de tierras vizcaínas a mediados del siglo XVIII siguiendo los pasos de otros muchos que habían hecho y harían esta ruta. La presencia del apellido Astola en Albacete, y sobre todo el importante foco de Sevilla y su entorno, se va a explicar en las siguientes líneas y veremos que tiene mucho que ver con Torrecilla en Cameros.
Antonio, Víctor y Gregorio, eran los tres hijos de Vicente Astola Cabezón natural de Torrecilla y de su primera esposa, Prudencia Carretero Crespo, nacida en Valdeavellano de Tera (Soria) aunque residente en Lumbreras. Los tres hermanos constituían la cuarta generación de la familia Astola desde que su bisabuelo Vicente Astola Olazabal llegase a Torrecilla en Cameros procedente de la localidad vizcaína de Izurza.
Antonio Astola Carretero
había casado en Torrecilla con María Merino Torres, natural de Laguna de
Cameros, de cuyo prolífico matrimonio, dada la tónica de la época, nacieron
diez hijos en algo más dos décadas en común: Victoriana, Juana, Josefa, Manuel,
Andrea, Pedro, Martín, Esteban, León y Martina.
No
dejaba de ser la típica vida difícil de una familia más en la Torrecilla de
mediados del XIX hasta que los Astola-Merino se iban a topar de frente con la
epidemia de cólera del verano de 1855, quizás la peor crisis sanitaria que
sufrió Torrecilla en particular y España en general durante el siglo XIX.
Debido a esta epidemia, Antonio Astola falleció el día 6 de agosto y su hija
Juana el 22. El futuro no era nada esperanzador para María habiendo perdido a
su esposo y una hija, con una amplia prole de hijos entre los dos y los veinte
años de edad. Si en circunstancias normales Como sucedía en circunstancias
normales, ahora agravadas por la situación familiar, la emigración se antojaba
una posible salida en busca de futuro y fortuna mandando alguno de los retoños
con algún familiar o paisano en mejor situación económica.
Serán
varios los hijos y nietos de Antonio Astola y María Merino que encaminarán sus
pasos hacia Andalucía en busca de establecerse en oficios relacionados con el
comercio en los que otros paisanos suyos habían sido pioneros desde hacía años.
Sevilla, Málaga, Antequera, Écija o Cádiz, habían sido destino de diferentes
familias torrecillanas desde siglos atrás emigrado en busca de fortuna. Este
camino recorrerá en años sucesivos dos de los hermanos, Martín y León Astola
Merino, recalando en Sevilla.
Tradicionalmente
el proceso era sencillo, un familiar o paisano asentado y en buena disposición
reclamaba el servicio de unos de estos jóvenes aprendices a su lado. Una vez
conocido el negocio y formada familia, generalmente se establecían por su cuenta.
Varias de las personas protagonistas de este artículo fueron ejemplo de aquella
emigración de finales del XIX. Desconozco por ahora en qué orden, cómo, o
gracias a quién, llegaron a Sevilla los hermanos León y Martín Astola-Merino
procedentes de Torrecilla en Cameros.
Martín Astola Merino,
había nacido en Torrecilla en 1848. Desconozco si recaló en Sevilla antes, a la
vez o después que su hermano León. En Sevilla contrae matrimonio en torno a
1884 con Agustina de Pablo Maldonado, natural de la misma ciudad y bautizada en
la parroquia de San Pedro. Una década después, en el registro de
empadronamiento de Sevilla de 1895, la familia reside en la calle Bustos Tavera
número 18. Para esas fechas, Martín Astola ya había fallecido y convivían en el
mismo hogar su viuda Agustina de Pablo y los hijos: María de los Reyes, Martín
y Agustin, de 11, 10 y 8 años respectivamente. Todos los hijos habían nacido en
Sevilla y estaban bautizados en la parroquia de Santa Catalina. Vivía con ellos
la madre de Agustina y abuela de los niños, Antonia Maldonado de 65 años. La
familia tiene una criada, Teresa Avecilla Recio, soltera de 19 años y natural
de Jerez de la Frontera.
Del
segundo de los hermanos, León Astola
Merino, tenemos más datos biográficos. Había nacido en Torrecilla
en Cameros en 1851, tres años más joven que su hermano Martín, debió
establecerse en Sevilla sobre 1867 contando los 16 años de edad. Cinco años más
tarde, sorteado en Torrecilla en la quinta de 1872, la suerte le deparó su
elección como soldado. Consta como redimido
a metálico, circunstancia al alcance de muy pocas familias de Torrecilla en
aquellos años dada la cantidad económica que había que desembolsar para
esquivar el servicio militar. Esto nos puede dar muestra que su situación
personal o familiar económicamente en Sevilla progresaba y podía permitirse ese
desembolso económico.
En
el Censo General de la Población de Sevilla de agosto de 1875 tenemos
plenamente integrados a los hermanos Martín y León Astola Merino procedentes de
Torrecilla en Cameros. Martín declara ser de 36 años, mientras León tiene 24.
En ambos casos están solteros y se ejercitan como dependientes o sirvientes en
el comercio.
Como
debía ser habitual en la época, estos dependientes/aprendices del comercio
solían alojarse junto a otros empleados o los dueños en sus viviendas en cuyos
bajos estaba el local comercial. En el número 40 de la calle Francos,
correspondiente a la Parroquia del Sagrario, tenía su establecimiento comercial
Vicente Guzmán, natural de Zalamea el Real (Huelva), entre las personas que
están bajo su responsabilidad habita Martín Astola Merino. En los números 3, 5
y 7 de la calle de Culebras (Sierpes), perteneciente a la parroquia de El
Salvador, consta León Astola Merino junto a otros dependientes/sirvientes en el
comercio regentado por Policarpo Sáenz y Francisca Torrent.
En
estos censos, León Astola figura de profesión propietario dedicado al comercio
y sus hijos como estudiantes. Ambos aprovecharon estos estudios dedicándose Antonio Astola Guardiola a la carrera
judicial, ejerciendo de juez en Sevilla, Cádiz y llegando a presidente de la
Audiencia Provincial de Córdoba. Su hermano Manuel Astola Guardiola se encaminará a la medicina ejerció en
diversas plazas ejerciendo en Aravaca entre comienzo de los años 20 hasta su
fallecimiento en 1934.
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Manuel Astola Guardiola |
Pero la emigración torrecillana de esta rama de la familia Astola no termina con estos dos individuos. A Sevilla llegarán además de los hermanos León y Martín Astola Merino, dos de sus sobrinos, Víctor y Antonio, hijos de su hermano Pedro Astola Merino y su esposa Gabina González. Sirva el registro de empadronamiento de 1902 para ver su situación en la capital andaluza.
En
la calle Alfonso el Sabio 11 y 13, se inscribe a Víctor Astola González de 33 años, nacido en Torrecilla en
Cameros (Logroño), soltero, dependiente de profesión. Es uno más de los 14
dependientes al servicio del establecimiento que regentan Tomás Rodríguez y
Pedro Duran, naturales de Badajoz.
En
el mismo documento, en la parroquia de San Lorenzo, en el número 88 de la calle
de El Palmar, vive la familia de Antonio
Astola González de 35 años, natural de Torrecilla en Cameros (Logroño),
casado con Julia Díaz de 32 años, natural de Sevilla. Dice ser comerciante y
residente en Sevilla desde hace 24 años lo que nos sitúa la llegada de Antonio
Astola sobre 1878, a buen seguro llamado
por alguno de sus tíos para aprender y seguir con los negocios familiares como
era la costumbre.
Acabamos
de ver como cuatro individuos, los hermanos León y Martín Astola Merino y sus
sobrinos Víctor y Antonio Astola González recalaron en la segunda mitad del
siglo XIX en Sevilla procedentes de Torrecilla en Cameros y como fundaron sus
propias familias. Su descendencia nos justifica la presencia a día de hoy del
apellido Astola en Sevilla y provincias limítrofes tal y como comenzamos la
narración de este artículo con las cifras aportadas por el Instituto Nacional
de Estadística. Pero si este dato estadístico
es curioso relacionado con Torrecilla en Cameros, no lo es menos la
historia que vendrá a continuación.
Hoy
en día disponemos de unas magníficas infraestructuras viales, ferroviarias o
aeroportuarias con unos medios de transporte que nos posibilitan desplazarnos
de una parte a otra del país en cuestión de pocas horas. No ocurría lo mismo a
finales del s. XIX en lo que lo más avanzado que tenía España era una
deficiente red ferroviaria dificultada por la orografía de la península
y quizás accesible sólo a clases más pudientes económicamente. El trayecto
entre Torrecilla y Sevilla podía demorarse varios días en función del
transporte elegido. Es por ello que en muchos de estos individuos que optaban
por la emigración, la más de las veces la vuelta al hogar de partida se
dilataba en el tiempo. Los más pudientes, que se podían permitir ausentarse de
sus ocupaciones, optaban por la vuelta año tras año en época estival tal y como
lo hacemos en pleno siglo XXI. Para muchos otros, el tiempo y dinero invertido eran
tales que quizás no regresaran nunca.
Fuera
cual fuera la situación de estos emigrantes torrecillanos, pronto se hacían un
hueco en la tierra que los recibía, de lo que hay suficientes muestras a lo
largo y ancho de la geografía española y americana, imbuyéndose en la cultura y
tradiciones de las sociedades donde recalaban sin olvidar las de su tierra de
origen. Podemos decir que pronto ponían en práctica aquel célebre refrán que
dice “donde fueres haz lo que vieres”. Y
vaya que si lo hicieron alguno de los descendientes de estos Astola
torrecillanos. Nos toca hablar de una de estas familias que solventaron su
emigración con más o menos fortuna y echaron raíces sevillanas. Nos centraremos
en la familia de Antonio Astola González que a buen seguro no dejará
indiferente a nadie.
Ya
hemos visto unos pequeños datos biográficos de Antonio Astola González. Debió
nacer en Torrecilla sobre 1866, recalando en Sevilla sobre 1878 cuando apenas
contaba con 12 años de edad, y a buen seguro, en compañía de alguno de sus dos
tíos, León o Martín, ya instalados años atrás y dedicados al comercio.
En
1894 se casa con Julia Díaz Fe, natural de Sevilla, de la parroquia de la
Magdalena, hija de Francisco de Paula Díaz Hernández y Julia Fe Gámez. En el
padrón de 1899 residen en el número 104 de la calle Feria. Antonio declara su
profesión en el Comercio, regentando un establecimiento de tejidos. Para
entonces, el matrimonio tiene 33 y 28 años respectivamente y dos hijos:
Francisco y Julia de 4 y 3 años. Su situación debía ser favorable y como es
costumbre en estos establecimientos comerciales, junto a ellos residen dos
sirvientas y tres jóvenes dependientes
Tres
años más tarde, en el padrón sevillano de 1902, han cambiado de domicilio al
número 88 de la calle de Palmas en la parroquia de San Lorenzo. Esta vez, ya no
hay sirvientes ni dependientes a su servicio pese a declarar nuevamente tener
de oficio el Comercio.
Asentado
en Sevilla, con establecimiento comercial propio y familia, mantiene los
vínculos con su Torrecilla natal. Publica el diario La Rioja el 24 de julio de 1903 entre los veraneantes que van y
vienen como “Salió para Sevilla, dejando
en esta a su graciosa señora y agradables hijos, el comerciante de la capital
de Andalucía don Antonio Astola, que se propone regresar a Torrecilla a
principios del mes de septiembre”. Algún asunto requirió su presencia al
frente de los negocios sevillanos. De vuelta a Torrecilla, el 13 de septiembre
regresa a casa toda la familia: “Para
Sevilla don Antonio Astola que con fortuna ejerce el comercio en aquella
capital, con su agradable señora doña Julia Díaz y sus hijos” Por esos años
nace el tercer hijo, Rafael.
En
1904 es elegido vicepresidente de la “Asociación de Dependientes” de Sevilla.
Poco más hemos recopilado de la vida transcurriendo sin novedad dedicado al
comercio y falleciendo en Sevilla a comienzos de 1920.
El siguiente árbol genealógico desarrolla la familia Astola-Merino en Torrecilla y las ramas familiares que se formaron en tierras sevillanas fruto de la emigración de cuatro de sus miembros.
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